Confesar que era ‘gay’ y cosas que había hecho en la intimidad
En una reunión para mayo del
2006, hicieron parar a una pareja que había cometido unas faltas para
pasar por una especie de juicio.
Los sentaban al frente y
mirando de frente a todo el grupo, Juan Angel Collado, el supuesto
vidente, y las Columnas, sus líderes, comenzaron a cuestionar a la
pareja e interrogarlos incesantemente sobre un incidente entre los dos.
La muchacha lloraba desconsolada y apenas se le entendía lo que decía.
El muchacho en un momento dado se fue como en un estado de “shock” y no
reaccionaba a nada ya; le preguntaban cosas y él se quedaba con la
mirada perdida y no contestaba. Los que presenciamos aquello sufríamos
horrores con mucha ansiedad por lo que estaban pasando ellos en ese
momento. Al joven lo amenazaban por encima de su estado crítico
emocional de que si no contestaba algo lo expulsarían del grupo. El
joven no quería contestar pues no quería hacer quedar mal a su pareja de
esa manera pública frente a 200 personas que la iban a juzgar muy mal.
Aquella tortura duro como una hora, las preguntas continuaban y todo el
tiempo estaban tratando de hacerlos enredarse en su propia historia...
Ellos estaban en tal estado de
nervios que confundían las versiones y no se atrevían a decir la verdad.
Mientras más tiempo pasaba, mas se afectaban ellos y mas intensificaban
las preguntas y el tono de voz Juan Angel Collado y las Columnas. No hay
palabras para poder explicar lo espantosa que fue esa noche tanto para
ellos como para los que tuvimos que estar allí, presenciando aquel
atropello. Lo peor de todo fue que no terminó allí.
Desde ese día en adelante esta
pareja tenía que reportar cada movimiento que daban por mensajes de
texto, además del cumplimiento de cada penitencia impuesta. Pero no
termina ahí, en las próximas dos reuniones volvieron a hacer lo mismo;
los mismos procesos de pararlos al frente y seguir cuestionándolos.
Para la segunda reunión de
estos, el tono de juicio continuó, hicieron que ellos pasaran por el
paño negro y pedir perdón, siguieron con el interrogatorio e instaron a
que otros promulgadores también confesaran pecados.
Obligaron a pasar a un
muchacho de 19 años a que pasara al frente a confesar que era ‘gay’
(homosexual) y cosas -qué había hecho en su intimidad- e igual hicieron
con otra joven a la que también la hicieron confesar frente a todos
detalles sobre faltas y su intimidad.
¡OTRO
HORROR!
Para la tercera reunión
continuación de las anteriores, el joven de la pareja tuvo que volver a
pasar al frente a leer una confesión que no había escrito él.
Pidió perdón otra vez y junto con el muchacho ‘gay’ tuvieron que
arrodillarse en una ‘waflera’ especial que les prepararon y allí se
tuvieron que mantener hasta que sangraron por las rodillas. Esa fue mi
última reunión. Deje el grupo por eso y por otros horrores; pero jamás
olvidaré la tortura que tuvieron que vivir todos aquellos jóvenes,
fueron experiencias anti-cristianas y traumatizantes por demás. Eso fue
lo que es el típico juicio de una secta ocultista (La Misión); pues hasta pusieron
una
Fue una experiencia surreal al máximo de maldad,
crueldad e inhumanidad. |