Circular Nº 42/01, 01 de diciembre del 2001
A toda la
Arquidiócesis:
No se debe fomentar en esta Arquidiócesis
la devoción de los grupos de la Virgen del Rosario del Pozo.
Queridos Hermanos:
Por las personas sencillas y devotas que ya la
practican inocentemente, siento comunicarles que en esta Arquidiócesis
no se debe fomentar la devoción de esos grupos de la Virgen del Rosario del Pozo
(Puerto Rico).
Por los graves problemas que sus dirigentes (no la gente sencilla del pueblo tan devota de
la Madre de Dios), han causado a la Iglesia en Puerto Rico; por
algunos principios teológicos falsos que sustentan de tipo milenarista y por sus
métodos (cierta doblez con que actúan), han sido desautorizados por los
obispos de Puerto Rico. La Santa Sede, después de investigar, oír
muchas veces también a sus dirigentes, de ponderar el asunto, apoya
totalmente a los obispos de Puerto Rico.
Esos grupos, como todo movimiento nuevo tienen ansias
de proselitismo, de expandirse por todas las diócesis del mundo; por eso los
párrocos y administradores parroquiales deben estar bajo vigilancia.
Que nuestros grupos de fieles laicos, sigan como lo han
hecho hasta ahora, con la visita a los vecindarios y a las casas con las
imágenes de Ntra. Sra. de La Altagracia, de Las Mercedes, de Fátima, de La
Milagrosa, de La Inmaculada Concepción y del Carmen, etc. y con el rezo del
rosario bíblico. Pero no de esos grupos de que hemos hablado, por lo
que hay detrás de esa primera impresión que dan con la gente humilde y
con la devoción mariana, que tanto atrae a nuestra gente.
Al Clero, en la próxima reunión, y más luego a
las diversas zonas pastorales, a las Religiosas y laicos(as) comprometidos con
el apostolado, se les explicará más claramente los motivos de esta prohibición.
Dios les guarde.
Les saluda y bendice,
+ Juan Antonio Flores Santana
Arzobispo de Santiago de los Caballeros
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